Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. +En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Nos ponemos en Presencia de Dios y para que la oración llegue al cielo, pedimos humildemente perdón al señor por nuestras faltas.
Te pedimos Espíritu Santo, que nos inundes con tu amor y te hagas presente en nuestros corazones al rezar este hermoso Rosario a María.
Amén
SÍMBOLO DE LOS APÓSTOLES
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén
PÉSAME
Pésame Dios mío y me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido.
Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí;
pero mucho mas me pesa porque pecando ofendí un Dios tan bueno y tan grande como vos;antes querría haber muerto que haberle ofendido, y propongo firmemente ayudado por tu divina gracia, no pecar mas y evitar las ocasiones próximas de pecado.
Amén
PADRENUESTRO
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.
Amén
3 AVEMARÍA
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
GLORIA
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Amén
Santa María del Adviento, Modelo de la espera de Cristo, abandonada en la Palabra de Dios. Enséñanos a vivir en tensión de Adviento preparando la venida del Señor con una vida más intensa de sacramentos, de oración y de virtudes.
Santa María del Adviento: Tú eres modelo de amor a Dios y de amor a todos los hombres. Enséñanos cómo amar a Dios con todo nuestro ser y a todos los hombres como hermanos.
Santa María del Adviento que supiste esperar en medio de tanta contradicción. Enséñanos a saber esperar la celebración gozosa de la Navidad y a vivir preparados para la segunda venida de Cristo. Te lo pedimos renovando nuestro compromiso del rezo y meditación de los misterios de tu Hijo en el Rosario.-
ORACIÓN:
Maria, eres nuestra Madre, y sabemos que eres la mejor de las madres, porque eres la misma madre que JESUS se formo para si. Gracias porque nos diste a JESUS, gracias porque compartiste sus dolores para nuestra salvación.
Gracias por tus ejemplos, por tu humildad, por tu pobreza, por tu silencio.
Gracias porque te has manifestado en distintos lugares del mundo, nos quieres decir que estas con nosotros para socorrernos.
Gracias porque nos acercas a Jesús y nos ayudas a seguir su camino, su verdad y vida..Amen.-
CON MARÍA
¡Santa María del Adviento, Madre de la esperanza, Virgen del Rosario!
Enséñanos a dar entrada en nuestros corazones y en nuestra sociedad al reinado de Cristo.
Enséñanos a tener la mirada fija en Cristo, a conocerlo, amarlo e imitarlos, a dar testimonio valiente de nuestra fe
Enséñanos a vivir en actitud de conversión pidiendo perdón en el Sacramento de la Penitencia y alimentados con el cuerpo y la sangre de tu Hijo en la Eucaristía
Enséñanos a mirar a Cristo con tu mirada en el rezo del Santo Rosario.
INTENCIONES :
-Para que tu luz nos haga salir de la oscuridad. ¡Ven, Señor, te esperamos!
-Para que tu presencia nos quite los temores. ¡Ven, Señor, te esperamos!
-Para que tus enseñanzas orienten nuestra vida. ¡Ven, Señor, te esperamos!
-Porque somos egoístas y orgullosos. ¡Señor, cambia nuestro corazón!
-Porque nos cuesta perdonar las ofensas. ¡Señor, cambia nuestro corazón!
-Porque somos envidiosos y celosos. ¡Señor, cambia nuestro corazón!
-Cuando el dolor nos golpea y nos cuesta levantarnos. ¡Señor, que no perdamos la alegría!
-Cuando sentimos que somos despreciados y maltratados. ¡Señor, que no perdamos la alegría!
-Cuando nos falta el trabajo y el pan de cada día. ¡Señor, que no perdamos la alegría!
-En los momento de dolor y angustia ¡Virgen María, danos a Jesús!
-En esta Navidad que estamos preparando en familia. ¡Virgen María, danos a Jesús!
-En los momentos en que sentimos la tentación de abandonar todo. ¡Virgen María, danos a Jesús!
-Por los momentos de dolor que nos ayudaste a superar. ¡Te damos gracias, Señor!
-Por los momentos de dolor que nos ayudaste a superar. ¡Te damos gracias, Señor!
Primer Misterio :
EL ANUNCIO DEL MESÍAS QUE VA A LLEGAR:
“Saldrá un vástago del tronco de Jesé y un retoño de sus raíces
brotará” (Is 11, 1)
Meditamos: Querida Virgen María, tu eres modelo de SILENCIO, en ti la palabra de DIOS penetra profundamente, tu la meditas, la cumples y la guardas en lo más intimo de tu corazón. María que oyes al Señor, María que socorres a los necesitados, María que meditas la palabra ruega por nosotros en este adviento.-
TIEMPO DE ESPERA Y CONVERSIÓN
El tiempo de Adviento es un tiempo de espera activa en búsqueda del encuentro definitivo con el Señor Jesús. Espera activa que implica tener deseos de cambiar, de prepararse; es por eso que en este tiempo estamos llamados a la exigencia radical, a la conversión, al cambio de vida, a volver nuestros pasos al camino de Dios; llamados a la conversión que debe abarcar todo nuestro ser y que debe llevarnos a cambiar nuestros pensamientos, sentimientos y acciones; poniéndolas en concordancia con la manera de pensar, sentir y actuar de Jesús.
PADRENUESTRO.-
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén
10 AVEMARÍA.-
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
GLORIA.-
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Amén.
JACULATORIA
Madre de Dios y Madre nuestra: Tú eres reflejo excepcional de la bondad del Padre por la práctica heroica de las virtudes.
Enséñanos a reflejar la bondad del Padre en el amor a todos los hombres como hijos de Dios y hermanos nuestros. Enséñanos a vivir como familia de Dios.
¡Rey de la Gloria, hazte pequeño para que entres en mi pobre corazón!
Segundo Misterio
HAY QUE PREPARARSE PARA RECIBIR AL SEÑOR:
“Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos. Todos verán
la salvación de Dios¨ (Lc 3, 4-6)
Meditamos: María, Tu sabes implorar a tu Hijo, lo demostraste en las bodas de Cana, enséñanos a pedir. SIN DIOS NO PODEMOS VIVIR No sabemos confiar, nos falta fe, nos sentimos fríos, su presencia se nos hace lejana. Se nuestra Maestra guíanos. Madre de la oración enséñanos a rezar, Madre de la confianza danos fe, Madre de la Suplica enséñanos a pedir.-
LA ORACIÓN
El Adviento es tiempo de acercamiento sincero al Señor, quien está por venir y que a la vez ya está entre nosotros. Pero no podemos acercarnos a Él sino lo buscamos, sino estamos en constante tensión por ponernos en su presencia. La oración, personal y comunitaria, constituye un medio eficaz de búsqueda hacia un encuentro real con el Señor Jesús; mediante la escucha atenta, la meditación y la interiorización de su Palabra, lo que debe constituirse en una exigencia y necesidad en este tiempo de espera.
PADRENUESTRO.-
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén
10 AVEMARÍA.-
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
GLORIA.-
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Amén.
JACULATORIA
Madre de Dios y Madre nuestra: Tú eres reflejo excepcional de la bondad del Padre por la práctica heroica de las virtudes.
Enséñanos a reflejar la bondad del Padre en el amor a todos los hombres como hijos de Dios y hermanos nuestros. Enséñanos a vivir como familia de Dios.
¡Rey de la Gloria, hazte pequeño para que entres en mi pobre corazón!
Tercer Misterio.
LA ALEGRÍA DEL DIOS QUE SE ACERCA:
“Estén siempre alegres en el Señor, se lo repito, estén alegres.
El Señor está cerca (Flp 4, 4-5).
Meditamos: Maria, alcánzanos con tus ruegos el consuelo y el socorro del Espíritu Santo. El te preservo de todo mal, te fecundo, te condujo y te glorifico, que ese mismo Espíritu de DIOS nos aliente en la esperanza, nos purifique de todo pecado y nos resucite en el ultimo día.
Maria, mujer del Espíritu alcánzanos el socorro del Espíritu Santo, Maria templo del Espíritu, socórrenos con el don de la pureza, Maria esposa del Espíritu, engendra a Jesús en nuestras vidas.-
LA PENITENCIA
Dios nos envía un Salvador, su propio Hijo. ¿Pero estamos realmente preparados para acogerlo y recibirlo en toda su dimensión? Pongamos todo de nuestra parte, por asumir, sin contemplaciones, durante este tiempo de espera todos los sufrimientos, problemas y dolores que encontramos en nuestro camino de santidad buscando ponernos en forma concreta, en la Cruz del Señor, viviendo estas dificultades en sentido oblativo, de sacrificio y entrega; mediante la penitencia, medio necesario de preparación y espera hacia un encuentro definitivo con el Señor Jesús.
PADRENUESTRO.-
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén
10 AVEMARÍA.-
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
GLORIA.-
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Amén.
JACULATORIA
Madre de Dios y Madre nuestra: Tú eres reflejo excepcional de la bondad del Padre por la práctica heroica de las virtudes.
Enséñanos a reflejar la bondad del Padre en el amor a todos los hombres como hijos de Dios y hermanos nuestros. Enséñanos a vivir como familia de Dios.
¡Rey de la Gloria, hazte pequeño para que entres en mi pobre corazón!
Cuarto Misterio
EL EMMANUEL PROMETIDO VA A NACER:
“La virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán por
nombre Emmanuel” (Is 7,14)
Meditamos: Maria, Madre de Jesús y Madre nuestra, cuando el mensajero de DIOS te pidió tu consentimiento para ser la Madre del Salvador, te saludo reverente, llamándote “llena de gracia”. Aceptaste la gloria de tu maternidad, sabiendo de antemano que se trocaría en dolorosa espada, Danos tu fortaleza para vivir nuestra vocación danos tu
generoso espíritu de servicio al visitar a Santa Isabel..Maria prepara nuestro camino a vivir el evangelio, Maria Bendice la obra misionera de la Iglesia, Maria bendice las vocaciones.-
LA CARIDAD
La caridad, se nos presenta como un excelente medio de espera y conversión en el tiempo de Adviento; ya que sólo a través de nuestra comunión de amor con el Señor, estaremos en condiciones de amar realmente a nuestros hermanos y de practicar la verdadera caridad con ellos. La caridad debe llevarnos durante este tiempo expresarla concretamente a través de la atención de los más pobres y necesitados, buscando su promoción integral y radicalizando nuestra obligación de ser “guardianes del hermano” preocupándonos de colaborar con él para aliviar sus necesidades y problemas
PADRENUESTRO.-
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén
10 AVEMARÍA.-
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
GLORIA.-
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Amén.
JACULATORIA
Madre de Dios y Madre nuestra: Tú eres reflejo excepcional de la bondad del Padre por la práctica heroica de las virtudes.
Enséñanos a reflejar la bondad del Padre en el amor a todos los hombres como hijos de Dios y hermanos nuestros. Enséñanos a vivir como familia de Dios.
¡Rey de la Gloria, hazte pequeño para que entres en mi pobre corazón!
Quinto Misterio
LA PROMESA SE HACE REALIDAD:
“Hoy nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor” (cf Is.9, 5)
Meditamos: El camino del adviento la Iglesia nos hace meditar sobre la próxima llegada de JESUS. Acoja el Divino niño que va a nacer, nuestras pobres y débiles plegarias que en estos días santos rezaremos con fe más viva. haga el Divino Niño descender un poco de roció celestial a los corazones de las almas afligidas, alivie a los enfermos y nos aliente a todos a seguir rezando todos por todos. María Madre de la Iglesia, que seamos fieles a ella, María Nuestra Señora del adviento, fortalece nuestra esperanza.-
MARÍA NOS EDUCA EN LA ESPERA
María, con su “Fiat”, acepta ser la Madre de Dios y al hacerlo dirige todo su esfuerzo por cumplir a cabalidad tal misión y espera ansiosa aquel momento de máxima felicidad, como es el nacimiento del Señor Jesús; pero esta espera de la Madre no es una espera pasiva, sino por el contrario es una espera activa, demostrada en las acciones de Santa María durante la visita a su prima Isabel.
Reflexionemos sobre nuestra actitud de espera de la llegada de Jesús y dejémonos educar por María en la espera paciente y activa.
PADRENUESTRO.-
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén
10 AVEMARÍA.-
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
GLORIA.-
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Amén.
JACULATORIA
Madre de Dios y Madre nuestra: Tú eres reflejo excepcional de la bondad del Padre por la práctica heroica de las virtudes.
Enséñanos a reflejar la bondad del Padre en el amor a todos los hombres como hijos de Dios y hermanos nuestros. Enséñanos a vivir como familia de Dios.
¡Rey de la Gloria, hazte pequeño para que entres en mi pobre corazón!
SALVE
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén
OREMOS.-
Omnipotente y sempiterno Dios, que con la cooperación del Espíritu Santo, preparaste el cuerpo y el alma de la gloriosa Virgen y Madre María para que fuese merecedora de ser digna morada de tu Hijo;
concédenos que, pues celebramos con alegría su conmemoración, por su piadosa intercesión seamos liberados de los males presentes y de la muerte eterna. Por el mismo Cristo nuestro Señor. Amén
ORACIONES DESPUÉS DEL ROSARIO.-
Al terminar este Santo Rosario a nuestra Madre María, Rezamos por las intenciones del Santo Padre y en reparación a las Ofensas al Sagrado Corazón de Jesús y para Ganar las Santas Indulgencias Plenarias.
PADRENUESTRO.-
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén
3 AVEMARÍA.-
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
GLORIA.-
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Amén
Letanías del Adviento
Señor, ten piedad de nosotros…………..…Ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros
Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos
Dios Padre Celestial
Dios Hijo, redentor del mundo
Dios Espíritu Santo
Trinidad Santa que eres un solo Dios.
Emmanuel anunciado por los profetas……. Ven, Señor, no tardes.
Luz que ilumina a los que caminan en las tinieblas …. Ven, Señor, no tardes
Alegría y gozo de los pobres y afligidos ….. Ven, Señor, no tardes
Niño que nos ha nacido como presencia de Dios entre nosotros … Ven, Señor, no tardes
Maravilla de Consejero …… Ven, Señor, no tardes
Dios fuerte …….. Ven, Señor, no tardes
Príncipe de la paz ……… Ven, Señor, no tardes
Hijo de David ………. Ven, Señor, no tardes
Germen justo de David ………….. Ven, Señor, no tardes
Retoño de Jesé …………………….. Ven, Señor, no tardes
Señor, justicia nuestra…………… Ven, Señor, no tardes
Rey prudente ……………………… Ven, Señor, no tardes
Mesías de Dios…………………… Ven, Señor, no tardes
Señor que has de venir……….. Ven, Señor, no tardes
Esperanza de los que sufren… Ven, Señor, no tardes
Salvador nuestro …………….. Ven, Señor, no tardes
Consolador del pueblo afligido … Ven, Señor, no tardes
Sabiduría de Dios ……………….. Ven, Señor, no tardes
Rocío celestial engendrado por el Padre ………………….. Ven, Señor, no tardes
Mesías derramado sobre el mundo desde las nubes del cielo ….. Ven, Señor, no tardes
Pastor de Israel ……………………. Ven, Señor, no tardes
Llave de David y cetro de la casa de Israel ………… Ven, Señor, no tardes
Sol que naces de lo alto……… Ven, Señor, no tardes
Rey de las naciones y deseado de los pueblos ….Ven, Señor, no tardes
Pastor amoroso que cuidas de las ovejas enfermas …..Ven, Señor, no tardes
Redentor nuestro…….Ven, Señor, no tardes
Salvación de Dios para los hombres ……Ven, Señor, no tardes
Rey de la gloria ….Ven, Señor, no tardes
Mensajero de Dios ….Ven, Señor, no tardes
Hijo del Dios Altísimo ……Ven, Señor, no tardes
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo ……Ven, Señor, no tardes
Salvador prometido por el Padre ……….Ven, Señor, no tardes
Mesías que vino al mundo y nació en Belén ……Ven, Señor, no tardes
Palabra de Dios hecha carne. ………Ven, Señor, no tardes
Palabra de Dios que puso su morada entre nosotros. ……Ven, Señor, no tardes
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo….perdónanos Señor
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo….escúchanos Señor
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo….ten piedad
de nosotros
Oremos:
Señor todopoderoso, rico en misericordia, cuando salimos animosos
al encuentro de tu Hijo, no permitas que lo impidan los afanes de
este mundo; guíanos hasta él con sabiduría divina para que podamos
participar plenamente de su vida. Por Nuestro Señor Jesucristro Nuestro Señor Amen
Santa María del Adviento.
La Virgen-Madre nos invita a mirar al Cielo. Aprendamos de Ella a recorrer la senda de la fidelidad en el amor.
Te confiamos, Madre, el camino del Adviento que ha de culminar en el gozo de la Navidad. Te confiamos nuestra vida, camino de Adviento que ha de culminar en el Cielo.
¡Oh Dios que brille tu Rostro sobre nosotros!
¡María, que esperemos en tu compañía a Jesús que viene!
¡Juan, voz del desierto, grita a mi corazón que Jesús está cerca!
¡Ven Señor, no tardes!
¡Luz de los pueblos, ven a iluminar mi patria!
¡Rey de la Gloria, hazte pequeño para que entres en mi pobre corazón!
¡Jesús, José y María, caminad hasta el pesebre de mi alma!
¡Brilla, Señor, en las tinieblas de este mundo!
¡Dame Señor un corazón que ame!
¡Dulce Madre, quiero esperar contigo, amar contigo, soñar contigo, que Jesús ya viene!
NUEVE BENDICIONES DE ADVIENTO A LA VIRGEN MARÍA
1.¡Oh Santísima Virgen María! sea una y mil veces bendito vuestro purismo seno, en que por nueve meses hizo su morada el Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma.
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
2. ¡Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditos vuestros pechos virginales, con cuya leche se alimentó el Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma.
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
3. ¡Oh Santísima Virgen María! sea una y mil veces bendito vuestro maternal regazo en que reposó y durmió dulcemente el hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma.
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
4. ¡Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditos vuestros santísimos brazos, que llevaron, abrazaron y tiernamente estrecharon al Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma.
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
5. ¡Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditas vuestras hermosísimas manos, que acariciaron y cuidadosamente sirvieron al Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma.
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
6. ¡Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditos vuestros ojos virginales que con tanto deleite se recrearon contemplando el rostro del Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma.
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
7. Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditos vuestros oídos castísimos, que con tanta frecuencia oyeron el dulce nombre de Madre de la boca del Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma.
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
8. Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditos vuestros candidísimos labios, que con gozo inexplicable imprimieron tiernos ósculos en el Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma.
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
9. ¡Oh Santísima Virgen María! sea una y mil veces bendita vuestra lengua angelical, que sin cesar alabó y llamó hijo querido al Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma.
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
Oración a la Virgen María del Adviento
Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo nuestro ser y todo nuestro amor.
Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.
Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado, Señora y Madre nuestra.
Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de una
plena felicidad a Jesucristo en su Iglesia: no nos sueltes de tu mano
amorosa.
Concede a nuestros hogares la gracia de amar y de respetar la vida que
comienza, con el mismo amor con el que concebiste en tu seno la vida del
Hijo de Dios. Virgen Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a
nuestras familias, para que estén siempre muy unidas, y bendice la
educación de nuestros hijos.
Esperanza nuestra, míranos con compasión, enséñanos a ir continuamente a Jesús y, si caemos, ayúdanos a levantarnos, a volver e El, mediante la confesión de nuestras culpas y pecados en el Sacramento de la Penitencia, que trae sosiego al alma. Te suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los santos Sacramentos, que son como las huellas que tu Hijo nos dejó en la tierra. Así, Madre Santísima, con la paz de Dios en la conciencia, con nuestros corazones libres de mal y de odios podremos llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera paz, que vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que con Dios Padre y con el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos, Amén.
¡Bendita Tú eres…! (se repite después de cada oración)
Porque creíste en la Palabra del Señor,
Porque esperaste en sus promesas,
Porque fuiste perfecta en el amor.
Por tu caridad premurosa con Isabel,
Por tu bondad materna en Belén,
Por tu fortaleza en la persecución,
Por tu perseverancia en la búsqueda de Jesús en el templo,
Por tu vida sencilla en Nazaret,
Por tu intercesión en Caná,
Por tu presencia maternal junto a la Cruz,
Por tu fidelidad en la espera de la Resurrección,
Por tu oración asidua en Pentecostés.
Por la gloria de tu Asunción a los cielos,
Por tu maternal protección sobre la Iglesia,
Por tu constante intercesión por toda la humanidad.
ORACIÓN FINAL
La Virgen del Adviento nos ayuda a convertirnos en verdaderos hijos de la espera, que esperan todo de Él y no se desaniman de ser pequeños, antes bien se hacen audaces y se lanzan a la aventura de la amistad y de la colaboración con Jesús.
“María está ante nosotros como signo de consuelo, de aliento y de esperanza. Se dirige a nosotros, diciendo: “Ten la valentía de osar con Dios. Prueba. No tengas miedo de él. Ten la valentía de arriesgar con la fe. Ten la valentía de arriesgar con la bondad. Ten la valentía de arriesgar con el corazón puro. Comprométete con Dios; y entonces verás que precisamente así tu vida se ensancha y se ilumina, y no resulta aburrida, sino llena de infinitas sorpresas, porque la bondad infinita de Dios no se agota jamás”.
Dios Fiel y misericordioso, que desde la eternidad predestinaste a tu Hijo y en la aurora de los tiempos elegiste a María como Madre suya: te rogamos que por su intercesión sepamos responder día a día al designio que te has formado sobre nosotros.
Ave maría purísima
Sin pecado concebida. Amén
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén