Para Puntadas de familia
Como cada año desde hace ya algunos, Fano nos invita a celebrar el Adviento con alguna actividad especial. En ésta ocasión "tejiendo" una manta para Cristo recién nacido, escuchando su Palabra unidos a su Iglesia en comunión con El.
Esto es, vivir dentro de su Iglesia en paz, con amor, con perdón. Que se diga de nosotros "Miren cómo se aman"
Aquí, les comparto una pequeña meditación acerca de la Sinoladidad en la Iglesia, tomado de 10 minutos con Jesús
CÓMO SE AMANQueridos amigos, os envío el material de adviento que hemos preparado para este año.
En esos días estamos leyendo el discurso -un largo discurso- que Jesús pronuncia en la Última Cena y que San Juan lo recoge, no sé si podemos decir de manera íntegra, pero sí en varios capítulos.
Y el día de hoy, en el Evangelio que leeremos o que hemos leído en la Misa de hoy nos dice:
“En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Como el Padre me ha amado, así os he amado; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor”.
(Jn 15, 9-10).
Entonces podemos decir que el núcleo, el punto central de este discurso, es el amor.
Y ¿qué es el amor? Es una pregunta muy difícil. Sin embargo, ya a Jesús nos ha dado el ejemplo del amor dando su vida por cada uno de nosotros. Nos dice:
“Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor”.
(Jn 15, 9)
Él sabe lo que va a pasar a continuación. Él dice: “Yo os he amado, yo los he amado», y es verdad. A lo largo de esos años en los que Jesús ha estado con sus discípulos, no ha hecho otra cosa que amarles.
Y, dentro de unas horas, va a demostrar hasta qué punto está dispuesto a amarlos entregando su vida en la cruz.
EL AMOR DE LOS PRIMEROS CRISTIANOS
Y esto es lo que los apóstoles, los discípulos del Señor, los primeros cristianos, comprendieron inmediatamente. Talvez es el motivo por el cual San Juan recoge en varios capítulos este discurso la Última Cena.
Y es que los primeros cristianos se caracterizan por esto: por ese amor. A tal punto que, un escritor de los primeros siglos, en concreto Tertuliano a fines del siglo II, recogía cómo los paganos admiraban a los cristianos, o al menos quedaban sorprendidos por esa actitud. Así Tertuliano ponía estas palabras en boca de los paganos: “Mirad cómo se aman, mientras ellos sólo se odian entre sí”. Comenta a continuación Tertuliano: “Mirad cómo están dispuestos a morir el uno por el otro”.
Es decir, lo que hacen los primeros cristianos no se queda únicamente en creer en Jesucristo, que es muy importante, sino que todo eso que ellos han visto de Jesús, del Maestro, que han recibido de los apóstoles, lo hacen vida de su vida, de su propia vida. Lo que San Josemaría decía: “ser otros cristos, el mismo cristo”.
¡Mirad cómo se aman! “Señor, a lo mejor nos puedes ayudar más en este propósito, en este mandamiento, el mandamiento nuevo: amarnos. Y ayúdanos para que cada día, en cosas concretas -porque el amor está en las cosas concretas- podamos hacerlo, podamos ponerlo en práctica”. Y esto es verdad: el amor está en los detalles, en las cosas concretas, en ese prestar atención.
María embarazada (un poco guadalupana) prepara una mantita de lana para su hijo.
Ella está en estado de buena ESPERANZA para todos nosotros.
Cada domingo el evangelio nos revela una palabra, nos da un ovillo de lana que iremos entretejiendo en nuestro interior.
Tejer, entrelazarnos, unirnos será símbolo de sinodalidad.
Un abrazo grande y a seguir remando,
Fano
Odres nuevos