La Virgen de la Dulce Espera
Oraciones
Novena a la Virgen de la Dulce Espera
Imágenes de la Virgen de la Dulce Espera
VIRGEN DE LA DULCE ESPERA Y ORACIÓN
Contrariamente a lo que afirman algunas corrientes historiográficas, según las cuales la Iglesia de Trento ordenó suprimir la imagen de la Santísima Virgen embarazada, por considerarla incómoda (teoría que pretende justificar una cierta aversión de lo católico a la carnalidad), lo cierto es que las representaciones de la Madre de Dios embarazada o amamantando son muy habituales en la iconografía cristiana. Baste pensar, sólo en España, en las Vírgenes de la Leche, tan famosas como la talla que alberga la capilla románica del monasterio cisterciense de Oseira.
Según consigna Mario Cecchetti en un interesante artículo publicado en Avvenire, las Vírgenes del Parto catalogadas en Europa, desde España hasta Escandinavia, son unas 80, aunque otros expertos elevan el número a unas 150 imágenes o tallas conocidas.
Las reservas del Concilio tridentino, lejos del pretendido puritanismo que se les atribuye, se deberían más bien a prevención frente a ciertas herejías como la docetista, precisamente porque ésta negaba al Cristo verdaderamente humano. Algunas imágenes podían dar pábulo a este tipo de interpretaciones, como la representación de la Virgen en el momento de la Anunciación —y por tanto, en el momento de la concepción— llevando en el seno a un niño de casi nueve meses —es decir, un embarazo desproporcionadamente avanzado—.
Otra de las figuraciones controvertidas teológicamente eran aquellas que ponían en el seno de la Virgen a las tres Personas de la Santísima Trinidad, teoría que no explica adecuadamente el dogma de la Encarnación: María es Madre de Dios Hijo, pero no de Dios Padre ni de Dios Espíritu Santo.
El origen de la representación de la Virgen embarazada debe situarse, según algunos, en la iconografía oriental. La devoción a la Virgen en el inicio de su maternidad no reviste sólo un simple carácter sentimental; donde María acoge al Verbo, allí está representada la Iglesia, y también todo cristiano, cuando acoge el Anuncio de la Salvación y se deja fecundar por él
.
Inma Álvarez
INDICEORACIONES
Que te salve Dios te digo
María, por ser quien eres,
llena de gracia y abrigo,
el Señor Dios es contigo,
bendita entre las mujeres,
bendito el fruto y primor
de tu vientre sin dolor:< Jesucristo, nuestro Dios; Tú, Madre, ruega por nos y por todo pecador.
Juan del Encina
ORACIÓN A LA VIRGEN DE LA DULCE ESPERA:
María, madre del amor hermoso, dulce muchacha de Nazareth,
tú que proclamaste la grandeza del Señor y,
diciendo que "sí", te hiciste madre de nuestro Salvador y madre nuestra:
atiende hoy las suplicas q te hago:
En mi interior una nueva vida está creciendo:
un pequeño que traerá alegría y gozo, inquietudes y temores,
esperanzas felicidad a mi hogar.
Cuídalo y protéjelo mientras yo lo llevo en mi seno.
Y que, en el feliz momento del nacimiento, cuando escuche sus primeros sonidos y vea sus manos chiquitas,
pueda dar gracias al Creador
por la maravilla de este don que Él me regala.
Que, siguiendo tu ejemplo y modelo,
pueda acompañar y ver crecer a mi hijo.
Ayúdame e inspírame para que encuetre en mí
un refugio donde cobijarse y, a la vez,
un punto de partida para tomar sus propios caminos.
Además Madre mía, fíjate especialmente
en aquellas mujeres que enfrentan este momento solas, sin apoyo o sin cariño.
Que puedan sentir el amor del Padre
y que descubran que cada niño que viene al mundo es una bendición.
Que sepan que la decisión heróica
de acoger y nutrir al hijo les es tenida en cuenta.
Nuestra Señora de la Dulce Esperan,
dáles tu amor y valor.
AMÉN
INDICE
Autor: Parroquia Santa Monica de Haedo | Fuente: Parroquia Santa Monica de Haedo
Oraciones para cada día. Para los padres que quieren tener un hijo.
Para realizar los nueve días
1.Señal de la cruz
En el nombre de Padre, del hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
2.Para arrepentirse de los pecados.
Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad,
Por tu gran compasión, borra mis faltas !
Crea en mí, Dios mío, un corazón puro,
Y renueva la firmeza de mi espíritu.
No me arrojes lejos de tu presencia,
Ni retires de mí tu Santo Espíritu.
Nuestra Señora de la Dulce Espera,
Ruega por nosotros y por nuestros hijos
3.Seguir la reflexión propia de cada día.
Día Primero
El Señor nos regala la vida
El ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: "Alégrate! Llena de gracia, el Señor está contigo". Al oír estas palabras ella quedó desconcertada y se preguntaba que podía significar ese saludo. Pero el Angel le dijo: "No temas María porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús"... Dijo María: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra"(Lc 1, 28-31 y 38)
Reflexión
María pronunció estas palabras por medio de la fe. Y así, a través de María, la Vida vino a nosotros . Ella, plenamente mujer, se confió a Dios sin reservas, se mostró completamente dispuesta a la acción del Espíritu Santo y en esta respuesta se entregó a cooperar con la Gracia de Dios
Oración
Al comenzar este primer día de la novena, te expresamos Madre, nuestro amor. Venimos con confianza a pedirte por nuestras necesidades, haz que te imitemos en tu Sí a Dios.
Comprende nuestro pedido, atiéndelo.
A cada intención respondemos :
Por María, nuestra madre, te lo pedimos Señor Por todos los padres y madres que esperan un hijo.
Por la intención con que rezamos esta novena: Ave María
Día segundo
El Señor nos invita a ponernos al servicio de la vida
En aquellos días María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel llena del Espíritu Santo, exclamó : "Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre"! Feliz de ti por haber creído que se cumplirá todo lo que te fue anunciado de parte del Señor. (Lc. 1, 39-45)
Reflexión
Las palabras de Isabel "Feliz de ti por haber creído" se aplican no sólo a aquel momento concreto de la anunciación, sino a toda la vida de María. En su peregrinar hacia Dios, María recorrió un camino de fe a lo largo de toda su vida. Y lo hizo de modo heroico. En su "obediencia de fe" ella se abandonó a Dios y "esperando contra toda esperanza, creyó" cada día, en medio de todas las pruebas y contrariedades.
Oración
María, madre de Jesús y madre nuestra, intercede ante tu Hijo y enséñanos a amar y servir a los demás. Que siguiendo tu ejemplo de disponibilidad, sepamos aceptar la vida como el don gratuito que Dios nos ha dado; y que podamos proteger, nutrir, y acoger a aquel niño que recibamos como hijo. Que podamos recorrer con fe y esperanza los caminos que nos llevan a cumplir la voluntad del Padre.
A cada intención respondemos:
Por María, nuestra madre, te lo pedimos Señor Por los que desean recibir la gracia de un hijo.
Por la intencion con que rezamos esta novena.
Rezamos
Bendita seas María, Virgen y Madre,
El Señor te llenó de gracia y alegría
En la dulce Espera de Jesús.
Te rogamos por los esposos
Que desean el Don de un hijo,
Ayúdalos en esta esperanza
A apoyarse mutuamente en el camino de la vida.
Día Tercero
Dios hace maravillas con nuestra vida
María dijo entonces:
Mi alma canta la grandeza del Señor,
Y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi salvador,
Porque El miró con bondad la pequeñez de su servidora.
En adelante todas las generaciones me llamarán feliz,
Porque el todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas :
Su nombre es Santo!! (Lc 1, 46-50)
Reflexión
Cuando Isabel saludó a la joven pariente que llegaba de Nazaret, María respondió con el Magnificat. Es la alabanza de todo su ser hacia Dios, expresada de forma poética, pero sencilla. Sus palabras están inspiradas en muchos textos sagrados del pueblo de Israel y reflejan el gozo de su espíritu, la felicidad que le provoca ser consciente de que en ella se realiza la promesa hecha "en favor de Abraham y su descendencia por siempre".
Oración
María, madre de Jesús, enséñanos a rezar con fe, con apertura de corazón y sencillez. No sólo por nuestras necesidades sino también por las de todos aquellos que sufren y necesitan de nosotros y de nuestra palabra de esperanza. Que de nuestra boca, como de la tuya, broten palabras de alabanza hacia el Creador y Dador de vida.
Dios Padre Nuestro, rico en amor y misericordia, que este tiempo de espera se transforme en una oportunidad de crecer en nuestra fe y nuestra entrega a los demás. Que podamos encontrar momentos de alegría y felicidad y los compartamos con quienes nos rodean.
A cada intención respondemos:
Por María, nuestra madre, te lo pedimos Señor Por todos los bebés que crecen y se preparan para nacer
Por la intención con que rezamos esta novena.
Padre Nuestro...
Día Cuarto
"...Y llegó el momento de ser madre"
Mientras se encontraban en Belén le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue. Lc 2, 6 - 7
Reflexión
María da su consentimiento a la elección de Dios, para ser la madre de su Hijo por obra del Espíritu Santo Y toda su existencia está marcada por la certeza de que Dios está a su lado y la acompaña con su providencia benévola.
Nuestra Señora de la Dulce Espera, ayúdanos a ser sencillos y pobres de corazón para alimentarnos de tu amor y crecer en fe y esperanza. Sabiendo que todo lo debemos esperar de tu Hijo, nuestro Salvador.
Ayúdanos que a semejanza tuya vivamos con la certeza, de que Dios está a nuestro lado y nos acompaña con su divina providencia.
A cada intención respondemos : Por María, nuestra madre, te lo pedimos Señor Por el momento del parto y del nacimiento.
Por las intenciones particulares con que rezamos esta novena.
Oración a la Virgen de la Dulce Espera
Virgen María, Madre de Dios,
que cobijaste en tu seno al Salvador,
te pedimos que nos protejas en este momento,
en que confiadamente esperamos un hijo, para que podamos aceptarlo con amor;
educarlo de modo que "crezca en sabiduría,
estatura y gracia" ante los ojos de Dios;
y conducirlo con nuestro ejemplo a la casa del Padre.
Amen.
Día Quinto
Nuestro hijo, plan de amor de Dios Padre
Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a las fiestas según la costumbre, y cuando estas terminaron se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.Al tercer día lo encontraron, en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y haciéndoles preguntas : todos los que oían quedaban desconcertados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo quedaron extrañados, y le dijo su madre : Hijo ¿Por qué te has portado así con nosotros? Mira con que angustia te buscábamos tu padre y yo!! El les contestó: - ¿Por qué me buscaban ? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre? Ellos no entendieron lo que les decía. El regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón. Lc 2, 41 y 46 - 50
Reflexión
Durante los años de su vida oculta en Nazaret, Jesús "vivía sujeto a ellos" (Lc. 2,51): sujeto a María pero también sujeto a José, porque este hacía las veces de padre ante los hombres; de ahí que el hijo de María era considerado también por la gente como "el hijo del carpintero" (Mt. 13,55).
Cuando el evangelista nos dice que "Ellos (José y María) no entendieron lo que les decía" pone de relieve que aún su madre vivía en la intimidad con el misterio de Jesús, hijo de Dios, sólo por medio de la fe. "Feliz la que ha creído".
Oración
Jesús, concédenos comprender, con la ayuda de tu gracia, aquellas cosas y situaciones que se nos van presentando en la vida.
María, madre de los vivientes, que acogiste la Vida en nombre de todos y para el bien de todos, guíanos en el camino, protege a nuestros hijos y familias. Enséñanos a estar en las cosas del Padre.
A cada intención respondemos
Por María, nuestra madre, te lo pedimos Señor Por nuestros hijos.
Por nuestras familias.
Por las intenciones particulares con que rezamos esta novena.
Padre nuestro
Día sexto
María, nuestra madre, está atenta a nuestras necesidades
Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Y Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y, como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo : "No tienen vino". Jesús le respondió : Mujer ¿Qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía. Pero su madre dijo a los sirvientes : "Hagan lo que El les diga." (Jn 2, 1-5)
Reflexión
María manifiesta una maternidad nueva, según el espíritu, cuando va al encuentro de las necesidades del hombre. En Caná de Galilea se muestra solo un aspecto concreto de la indigencia humana, aparentemente pequeño y de poca importancia ("no tienen vino"). Pero esto tiene un valor simbólico. María se pone entre su Hijo y los hombres en la realidad de sus privaciones, indigencias y sufrimientos. En su papel de madre, se pone "en medio", se hace mediadora. Ella intercede por los hombres y se pone como portavoz de la voluntad de su Hijo: "Hagan lo que él les diga".
Oración
María, madre del amor hermoso, intercede para que Jesús atienda nuestras necesidades. Enséñanos a hacer todo lo que Él nos dice y a pedir en la oración el conocimiento que todavía nos falta para tener el gusto profundo de las cosas de Dios. Que sepamos ver las necesidades de los que nos rodean y podamos brindarnos generosamente, ayudando a quienes, en este momento fundamental, de sus vidas se encuentran solas y desamparadas.
A cada intención respondemos:
Por María, nuestra madre, te lo pedimos Señor Por las madres que están solas.
Por los padres que no tienen trabajo.
Por la intención particular con que rezamos esta Novena.
Ave María
Día Séptimo
Tu hijo también tiene una misión
Todavía estaba hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban afuera trataban de hablar con Él. Alguien le dijo : "Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte" Jesús les respondió "¿Quién es mi madre y quienes son mis hermanos? Y señalando con la mano a sus discípulos agregó "Estos son mi madre y mis hermanos, porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre". (Mt 12, 46-50)
Reflexión
María es la primera entre "aquellos que escuchan la palabra de Dios y la cumplen" Y por eso, aquella bendición pronunciada por Jesús se refiere en primer lugar a ella. María se convierte, en cierto sentido, en la primera "discípula" de su Hijo y por medio de su fe descubre otro sentido de su maternidad: una nueva maternidad según el espíritu y no únicamente según la carne.
Oración
Madre nuestra, Señora de la Dulce Espera, nos enseñas que más importante que el vínculo carnal es la relación que nace y se forma por cumplir con lo que Dios nos pide. El amor se construye día a día, así queremos servir al Señor y aceptar su voluntad. Que podamos testimoniar el significado del amor auténtico diciendo cada día que sí. Acuérdate de las familias que han abierto su corazón a la adopción, ayúdalos en la alegría de su generosidad a que puedan gustar los hermosos nombres de padre y madre. Que teniéndote a vos como modelo incomparable de acogida y cuidado de la vida puedan dar gracias cada día, por esa vida que se les entrega.
A cada intención respondemos
Por María, nuestra madre, te lo pedimos Señor Por los que desean adoptar
Por la intención particular con que rezamos esta Novena.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Día Octavo: Amar a Dios por sobre todas las cosas
Cuando Jesús terminó de hablar, una mujer levantó la voz en medio de la multitud y dijo : "Feliz el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron" Jesús le respondió : "Felices más bien los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica." (Lc 11, 27-28)
Reflexión
Esta frase constituía una alabanza para María como madre de Jesús según la carne. A través de aquellas palabras ha pasado rápidamente por la mente de la muchedumbre, al menos por un instante, el evangelio de la infancia de Jesús. Es el evangelio en que María está presente como la madre que concibe a Jesús en su seno, lo da a luz y lo amamanta maternalmente: la madre-nodriza a la que se refiere aquella mujer del pueblo. Gracias a esta maternidad, Jesús es un verdadero hijo del hombre. Jesús con su respuesta quiere quitar la atención de la maternidad entendida sólo como vínculo de carne, para orientarla hacia aquel misterioso vínculo del espíritu, que se forma en la escucha y la observancia de la palabra de Dios.
Oración
María, muchachita de Nazaret, vos que viviste las dimensiones de lo humano y de lo femenino de manera perfecta, intercede por nosotros, para que seamos atentos escuchas de la Palabra de Dios. Aleja de nosotros todo lo que nos impida practicar lo que Jesús nos enseñó. Pon en nuestra boca, tus palabras, tus intenciones y todo lo que pueda abrir nuestro corazón al bien y al amor.
A cada intención respondemos:
Por María, nuestra madre, te lo pedimos Señor Por que las mujeres puedan amamantar a sus hijos, dándoles su leche y amor.
Por que todos los padres puedan ayudar a crecer a los hijos.
Por la intencion con que rezamos esta novena.
Rezamos:
Oh, María, aurora del mundo nuevo
a Ti confiamos la causa de la vida
Haz que quienes creen en tu Hijo
sepan anunciar con firmeza y amor
a los hombres de nuestro tiempo
el Evangelio de la Vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo
como don siempre nuevo
La alegría de celebrarlo con gratitud
durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo
con confianza.
Día Noveno
Jesús nos da a María como madre
Al ver a la Madre y cerca de ella al discípulo a quien Él amaba, Jesús le dijo : "Mujer, aquí tienes a tu hijo". Luego dijo al discípulo: "Aquí tienes a tu madre". (Jn 19, 25-27)
Reflexión
La maternidad de María, que se convierte en herencia del hombre, es un don: un don que Cristo mismo hace personalmente a cada hombre. A los pies de la cruz comienza aquella especial entrega del hombre a la madre de Cristo. La entrega es la respuesta al amor de una persona y, en concreto, al amor de la madre. Por eso, a través de los siglos, de entre los diversos pueblos y naciones de la tierra, el hombre se dirige a María, con veneración y confianza, como quien se dirige a su madre, y busca en su fe el sostén para la propia fe.
Oración
María Santísima, Madre de Jesús y Madre nuestra, sabemos que nos acompañas en el camino de la vida intercediendo por nosotros y por nuestras necesidades, danos un corazón fuerte y generoso. Gracias porque cada uno de nosotros somos participes de la vida de Dios.
Te pedimos que nos enseñes a respetar, proteger y defender la vida, especialmente la más débil e inocente.
Inspira y protege especialmente a aquellos hombres y mujeres que condicionados por el medio y las circunstancias que los rodean, no llegan a ver que la vida es siempre un bien. Que ellos sepan que "Ninguna cosa es imposible para Dios" (Lc. 1,30 37) y se entreguen con confianza a su providencia benévola.
Bendícenos y guíanos en este camino para poder florecer en virtud y santidad. Confiamos en tu intercesión y esperamos con fe que Jesús nos conceda lo que pedimos.
A cada intención respondemos:
Por María, nuestra madre, te lo pedimos Señor Por los bebés no deseados, sus madres y padres.
Por los niños abandonados.
Por los que sufren.
Por las intenciones particulares con que rezamos esta Novena.
Oración a la Virgen de la Dulce Espera
Virgen María, Madre de Dios, que cobijaste en tu seno al Salvador,
te pedimos que nos protejas en este momento,
en que confiadamente esperamos un hijo, para que podamos aceptarlo con amor;
educarlo de modo que "crezca en sabiduría, estatura y gracia" ante los ojos de Dios;
y conducirlo con nuestro ejemplo
a la casa del Padre.
Amen.
INDICE