Esperanza




Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en la fuerza poderosa. Revestíos de las armas de Dios para poder resistir a las acechanzas del diablo. Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los principados, contra las potestades, contra los dominadores de este mundo tenebroso, contra los espíritus del mal que están en el aire. Por eso, tomad las armas de Dios, para que podáis resistir en el día funesto, y manteneros firmes después de haber vencido todo. Efesios 6, 10:13

La lucha no es contra la carne y la sangre. La lucha no es contra nosotros mismos... sino contra quienes utilizan nuestras debilidades y limitaciones contra nosotros y contra la obra de Dios. Los espíritus diabólicos han desaparecido de nuestra sociedad, ocultándose para hacer su trabajo de manera precisa y sigilosa. Esto es más evidente hoy que nunca.

Por eso, hoy día de la Virgen de la esperanza, Nuestra Señora de la Ó, más que nunca tenemos que encarnar la esperanza que no es más que Dios con nosotros, Emmanuel, Cristo. Esperanza que se revela como espera con sentido.

El refrán “quien espera desespera” manifiesta una realidad de la que todos somos conscientes: nos desesperamos cuando no sabemos la razón de nuestra espera. Pero para todo cristiano la espera tiene un sentido: Dios hecho carne para habitar entre nosotros. Dios hecho Palabra revelada. Dios revelado como Amor. Dios revelado como justicia suprema que va más allá de cualquier justificación humana.

Por eso, si nos preguntamos cómo luchar contra los espíritus que pugnan por separar y desesperar… tenemos la mejor medicina: Cristo... y la mejor Madre dispuesta a cuidarnos: la Virgen María, reflejada en la advocación de la Esperanza.

Rezando la antífona del día de hoy día 18 de diciembre, nos damos cuenta de toda la profundidad y sentido que tiene la espera y la esperanza... que se hace liturgia y que se plasma simbólicamente en la misma Virgen María.

"¡Oh Sabiduria, Oh Adonai.
Oh Vara de Jese.
Oh Llave de David.
Oh Sol naciente, esplendor de la Luz eterna.
Oh Rey de las naciones
y Deseado de las gentes.
Oh Emmanuel!, ven a enseñarnos, ven a iluminarnos,
ven a sacarnos de esta cárcel sombría,
ven a salvarnos, Dios y Señor nuestro! ".
(Antífona del día 18 de diciembre. Fiesta de Nuestra Señora de la Ó)

Tengamos esperanza y hagámonos esperanza para este mundo.