Preparación para el Adviento











ORACIÓN PREPARACIÓN PARA EL ADVIENTO
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ANT. Oigo en mi corazón buscad mi rosto
Tu rostro buscaré Señor. No me escondas tu rostro

Querido hombre y mujer:
He escuchado tu grito de Adviento.
Está delante de mí.
Tu grito, golpea continuamente a mi puerta.

Hoy quisiera hablar contigo para que repienses tu llamada.
Hoy te quiero decir: ¿Por qué Dios preguntas? ¿A qué Dios esperas?
¿ Qué has salido a buscar y a ver en el desierto?

Escucha a tu Dios, mujer y hombre de Adviento:
"No llames a la puerta de un dios que no existe,
de un dios que tú te imaginas...
Si esperas... ábrete a la sorpresa del Dios que viene
y no del dios que tú te haces...

Tú, hombre y mujer, todos, tenéis siempre la misma tentación:
hacer un dios a vuestra imagen.

Yo os digo, yo Dios de vivos,
soy un Dios más allá de vuestras invenciones.

Vosotros salís a ver donde está Dios...
Os dicen: "aquí está” pero no lo veis, y os sentís desanimados
porque Dios no está donde os han dicho...

Y Dios está vivo. Pero vosotros no tenéis mentalidad de Reino:
no descubrís a Dios en lo sencillo.

Os parece que lo sencillo es demasiado poco para que allí esté Dios.
Sabedlo: Yo, el Señor Dios, estoy en lo sencillo y pequeño...

Hombre y mujer de hoy y de siempre:
deja espacio a tu Dios dentro de tu corazón.
Sólo puedo nacer y crecer donde mi palabra es acogida.

Qué tranquilo te quedas, haciendo -lo que hay que hacer- 

porque haciendo las cosas de siempre
 evitas la novedad del Evangelio.

Pero yo te digo que tu corazón queda cerrado,
y tus ojos incapaces de ver el camino por donde yo llego.

No te defiendas como haces siempre.
No te escondas bajo ritos vacíos.

Hombre y mujer, si me esperas, 

deja de hacerme tú el camino
y ponte en el camino que yo te señalo por boca de los profetas.

Abre el corazón a mi Palabra.
Yo, tu Dios, te hablo

SALMO (2 coros)
Ant. Hoy comienza una nueva era
las lanzas se convierten en podaderas
De las armas hacen arados
y los oprimidos son liberados.

Cuando el Señor nos hizo comprender
el verdadero sentido de la historia,
nos parecía que estábamos soñando.
sin proponérnoslo, nos echábamos a cantar;
y, como locos, hablábamos de tu sabiduría desconcertante.

Los que antes nos habían rechazado
por llevar tu señal en nuestra frente,
enmudecían al reconocer, llenos de estupor,
que tu amor era verdaderamente el gobierno del mundo;
y que Tú reservas a cada uno, sin pérdida posible,
el fruto de sus trabajos de amor.

¡Por eso estamos alegres!
Señor, haz que nunca perdamos de vista
que tú pudes cambiar el desierto en vergel;
y que las lágrimas de quienes con perseverancia
intentaron caminos de abrazo entre los pueblos,
han regado la cosecha universal de alegría.

Por eso, quienes se entregan a construir
un presente de fraternidad
verán que su sacrificio
es el menos estéril de todos los sacrificios

Este es el verdadero sentido de la historia:
si el grano de trigo no cae en tierra y muere,
se pierde para sí mismo y para los demás.

Sólo tiene fruto
el presente que se sacrifica en el amor.
¡Por eso estamos alegres!



LECTURA. Isaías 2, 1-5

Visión de Isaías, hijo de Amós acerca de Judá y de Jerusalén:
Al final de los días estará firme el monte de la casa del Señor, en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas. Hacia él confluirán los gentiles, caminarán pueblos numerosos.
Dirán: Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob. Él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas; porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén la palabra del Señor.
Será el árbitro de las naciones el juez de pueblos numerosos. De las espadas forjarán arados de las lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra. Casa de Jacob, ven; caminemos a la luz del Señor.

SILENCIO Y ORACIÓN
PADRE NUESTRO